Iba tocando una
entrada de productos terminados, ya que como os dije en la última entrada e mis C'est Fini mi intención era
hacer una al mes para ponerme al día con la ingente bolsa de Diógenes que tengo
escondida en mi armario y de momento casi se me va el mes sin cumplirlo. ¡Deberíais tirarme
de las orejas!
Hay tres productos
de cuidado capilar (como veis, gasto mucho de este tipo, jeje), y algún
producto que llevaba tiempo en el fondo de la bolsa, que no recuerdo ni cuándo
terminé y que ya era hora de que viese la luz. En algunos productos no os he
puesto el precio para no saturar ni hacer esto infinito, porque están
descatalogados o porque ya tienen su entrada correspondiente donde podéis
consultar toda la información que necesitéis. Espero que me perdonéis por ello…
¿Empezamos?
La Mascarilla Tesoros de Miel de la gama Original Remedies de Garnier la compré cegada por el olor. Se
la vi a mi hermana y ese olorcito a miel mezclada con yogur y cereales me
cautivó. Podéis llamarme superficial, pero es que cuando a mí algo me entra por
la nariz tiene que entrar por las puertas de mi casa. Ya si se queda o no… No
respondo :P
Es una mascarilla reconstituyente indicada
especialmente para el cabello castigado,
dañado y/o quebradizo. También se supone que ayuda a controlar el
encrespamiento, reparar el cabello, reforzarlo y protegerlo de los agentes
físicos que lo agreden a diario. Contiene miel para aportar nutrición, extracto
de jalea real para aportar fuerza al cabello desde la raíz y extracto de
propóleo para sellar las cutículas del cabello.
De su uso no puedo
decir nada negativo, excepto que en el
tema del encrespamiento no he notado gran cosa. Sí que deja el cabello
suave al tacto, totalmente desenredado, suelto y manejable. Pero para controlar
mi encrespamiento hacen falta mascarillas mucho más potentes que ésta, pese a
no ser para nada una mascarilla “mala”.
Su precio ronda entre
los 3 euros y algo y los 5, según dónde la compréis.
¿Repetiría? No, pero no porque no me guste, sino porque la
mascarilla de la gama de Oliva Mítica me gusta mucho más que ésta, por lo que
si me tuviera que decidir por alguna, elegiría sin duda la de Oliva.
Otra mascarilla
capilar que terminé el año pasado fue la Moisturizing
Recovery Hair Mask de La Chinata.
La compré impulsada por las ganas de tener una mascarilla que no fuese de
supermercado e indagando en la web leí muy buenas opiniones de ésta.
Es una mascarilla
elaborada con Aceite de Oliva Virgen Extra, seda hidrolizada, extracto de
olivo, vinagres frutales y agua termal. Su fórmula hidrata, nutre y repara el
cabello de la raíz a las puntas dando resultados visibles de inmediato.
Contiene 225 mL y su precio es de 5,40 €, podéis encontrarla aquí.
Pese a las “bondades”
de sus ingredientes deciros que no son
100% naturales, ya que contiene varias siliconas en su composición. No puedo
poneros foto porque tiré todo y no hice foto de los ingredientes en su día (me
pilló en una de esas pequeñas temporadas que tuve que aparcar el blog un
tiempo).
En cuanto a
resultados, simplemente no es para mí.
La textura recuerdo que me desagradaba, pese a que el olor era muy rico. Pero parecía
gelatina descompuesta, era ligeramente pegajosa y me costaba extenderla por el
cabello. No me aportaba la suavidad que
necesito, cero control del encrespamiento y cero brillo. Supongo que no
estaba hecha para mi tipo de cabello, pues, como os comentaba antes, la compré
porque leí reviews muy buenas de este producto.
¿Repetiría? No, porque no me ha funcionado nada bien.
El último producto
de cuidado capilar de esta entrada es el champú Vitamin Recharge de Eva
Cosmetics, o también llamado el famoso Bálsamo Lavante.
Le dediqué una
entrada completa aquí, por lo que tampoco quiero liarme a hablaros de él mucho
más para no aburriros. Sí recordaros que me encanta la sensación que se siente
al aplicarlo, deja el cabello limpio
pero suave, sin que “cruja” al tacto como me ocurre con otros champús. Es tremendamente hidratante y nutritivo,
aunque yo personalmente, dado lo seco que es mi pelo, necesito acondicionador
(y mascarilla cuando toque) tras su uso. Sus ingredientes son de diez (varias
vitaminas, aceite de oliva, pantenol y biotina), y no contiene siliconas ni
sulfatos ni parabenos. Es uno de mis
champús favoritos y desde que entró en mi vida ya no me falta en mi cuarto
de baño.
Su precio es de
14,95 € y hasta donde sé sólo se puede comprar en la web de Eva Cosmetics.
¿Repetiría? Sin dudarlo, tengo uno en uso ahora y dos en
recámara.
La Máscara de
pestañas They’re Real de Benefit es la segunda que gasto, aunque
ya hace tiempo que no la repongo y no porque no me gustase.
La primera que
gasté fue hace cinco años (la gané en un sorteo de mi Boulevard Pink) y me
cautivó por completo, de hecho aquí tenéis su entrada correspondiente (disculpad
la calidad de la foto pero al principio fotografiaba con una cámara compacta y
daba a lo justo para mostrar el producto).
Esta que os enseño
la compré en el 2015 y la terminé hará un año más o menos. Es una máscara de
pestañas que considero tiene una relación
estupenda en calidad/precio. La fórmula para mí es perfecta: ni muy densa ni demasiado líquida, y el goupillon es fantástico para realzar
todas las pestañas (incluso las inferiores), dar volumen y alargarlas. Además el negro es muy intenso. Me chifla.
¿Repetiría? Sin duda, aunque como buena makeupfreak tengo
otras en lista que me gustaría probar antes.
El Upper Eyelid Lifter de Bremenn hace eones que lo terminé y ya
creo que hasta está descatalogado (corregidme si me equivoco pues he
investigado por la web y no he sacado gran cosa en claro).
Le dediqué una
entrada hace unos años que podéis leer aquí, y si antes no lo he sacado en
productos terminados es por culpa de su pequeño tamaño que se escurre siempre
hasta el fondo de la bolsa de Diógenes del armario :S
Los resultados me
encantaron en su día, pero confieso que quizás me excedí al pensar que mi párpado se arrugaba por edad. No era
así, las arrugas de mi párpado eran de
deshidratación y a veces también me sigue pasando a la que me descuido. Descubrí
hace un par de años un producto mucho más acorde a este problema, y es el Topyalisse de SVR, que no hidrata de por sí, pero calma y suaviza muchísimo la
delicada piel de mis párpados. Con ellos no necesito más.
¿Repetiría? No, aunque no estuviese descatalogado.
El Agua Micelar Sensibio de Bioderma ya sabéis que me la bebería
literalmente si me quedase sin agua potable, aquí tenéis su entrada. Bromas aparte,
es mi agua micelar favorita, y la
versión para pieles sensibles (AR) no me decepcionó en absoluto.
Yo la utilizo para limpiar la piel por las mañanas cuando
tengo prisas antes de aplicar el tratamiento y para desmaquillar mis ojos sensibles cuando no llevo maquillajes muy
elaborados ni llevo productos waterproof. Antes también la utilizaba para
desmaquillarme el rostro, pero desde hace bastante tiempo aplico la doble
limpieza y ya no lo cambio por nada.
Es un básico que
nunca me falta, aunque por su precio la alterno con el agua micelar de Garnier (entrada aquí) que también me
funciona estupendamente.
¿Repetiría? Sí, es mi favorita.
La hidratante para
pies y piernas Fair Trade Foot Lotion
de Lush está ya descatalogada por la
marca, aunque podemos encontrar un producto parecido entre sus filas, el Pink Peppermint, aunque su composición
es diferente del original.
No me voy a
extender mucho porque ya no podéis encontrarlo, pero era un producto que me
encantaba para el verano por la sensación
fresquita y de alivio que dejaba en pies y piernas, pero el aroma mentolado
no me gustaba absolutamente nada.
Tengo pendiente
probar el Pink Peppermint, quizás me
haga con él de cara al próximo verano.
¿Repetiría? Si se pudiera, sí.
Para terminar un
exfoliante labial de Lush que
también veo que está descatalogado, aunque quizás casi todos los exfoliantes de
la marca tengan el mismo fin, que es el de suavizar
la textura de los labios. Algunos tendrán agentes más hidratantes que
otros, pero el fin en sí es el mismo. El que yo no llegué ni a gastar porque no
me gustaba y se me caducó es De cine.
Estos exfoliantes
de Lush me resultan un poco
engorrosos de utilizar por el tarrito en sí, aunque los olores y sabores (se
pueden comer) son muy agradables. No obstante, desde que he descubierto el de E. L. F. no lo cambio por ninguno.
¿Repetiría? No, prefiero otros exfoliantes.
Y tras mi entrada
de más de mil palabras, os dejo hasta la próxima. ¿Coincidimos en algún
terminado?
Gracias por estar
siempre ahí soletes,
Auxi
No puedo estar mas de acuerdo sobre los exfoliantes de labios de lush, huelen genial pero son una lata para usar por el tarrito :S De los otros productos no te puedo decir mucho, he usado algunas minitallas de la They are real pero no me convence como para comprarmela, y el agua micelar de bioderma me parece buenisima, pero creo que la de garnier funciona igual por menos precio.
ResponderEliminarBesotes!
Ufff, sí, me dan mucha pereza los exfoliantes de Lush. Con respecto al agua micelar llevas razón: la de garnier funciona fenomenal y es mucho más barata.
Eliminar¡Besos!
La micelar de Bioderma es fantástica y, aunque concretamente esa mascarilla no la he probado, los capilares de Garnier suelen irme bien. La máscara me gustaba el efecto que me daba, pero la sentía muy pesada sobre las pestañas y más difícil de desmaquillar de lo normal (pese a que siempre uso bifásico).
ResponderEliminarUn besazo!
Creo que Garnier se ha puesto las pilas en cuidado capilar y está sacando productos de escándalo.
Eliminar¡Un beso!
Si no te tiro de las orejas es porque lo mío también tiene delito ^^
ResponderEliminarVaya, la mascarilla de la Chinata me llamaba bastante la atención, aunque con la dermatitis vivo acojonada cuando tengo que probar cosas de cabello por si entra en contacto y la lío parda. En cambio al bálsamo lavante le sigo teniendo unas ganas locas.
A mi ya sabes que la máscara no me fue bien y no me plantearía repetir con ella, tanto residuo en la zona de la ojera... no. El agua de Bioderma también es de mis favoritas pero al final tiro de opciones un poco más económicas (aunque si te enseño todo el agua micelar de distintas marcas que tengo en la recámara... esto es para hacérmelo mirar).
¡Un besote!
Bueno, tú no te preocupes que aquí hay otra loca de las aguas micelares jajajaja. Aunque ya en recámara sólo tengo una, he ido gastando progresivamente sin reponer.
Eliminar¡Besos bonita!