En mi empeño por
ponerme al día con mi bolsa enorme de productos acabados os traigo otra entrada
de los “C’est fini”. Quiero “ponerme
las pilas” con este tipo de entradas aunque haga varias muy seguidas en el
tiempo… pero la verdad es que siempre se me cuelan otros posts y las voy
relegando y posponiendo y mi bolsa está a rebosar. Un día de estos me tiran de
casa…
Los productos de
hoy los terminé el pasado año 2016, aunque alguno viene incluso del 2015. Podéis
matarme, tenéis permiso…
¿Os cuento un poco
más en detalle?
El primero, más que
un producto terminado es un producto que di por imposible terminarlo y mira que
le di una oportunidad tras otra pero no… No surgió el amor, más bien nació un
intenso odio de mí hacia él y eso hizo que lo metiera a la bolsa de productos
terminados con el fin de acordarme de enseñároslo y ponerlo a parir.
El Potion 9 de Sebastian tiene aquí su entrada individual y mi opinión sobre él no
ha mejorado ni un poquito, y os juro y perjuro que le he dado muchas
oportunidades.
Se supone que es un
producto de acabado tipo sérum para el cabello. Se aplica sobre el cabello
mojado y lo secamos como de costumbre hagamos. Yo siempre utilizo secador
porque si ya de por sí mi melena es de una leona que ha metido las zarpas en un
enchufe, si lo dejo secar al natural y que cada pelo se seque como lo parió su
madre… el desastre es mayúsculo. El caso es que yo, ya lo aplicase de medios a
puntas o sólo en las puntas… el resultado era el mismo: pelo apelmazado y
opaco, sin brillo, un pelo que me tenía que lavar al día siguiente por la
sensación de suciedad que me aportaba este producto.
Ignoro cuánta
cantidad de producto queda en el bote, tampoco me interesa.
¿Repetiría? Ni de broma. Se va directo al País de Nunca
Jamás.
El Hidra Gel de Carla Bulgaria Roses Beauty ya sabéis que es todo un clásico en mi
blog y un imprescindible entre mis productos de cuidado. Tiene multitud de usos
(podéis leer aquí una entrada más extensa sobre él), pero mi uso estrella es
sin duda la de aplicármelo en la piel tras la depilación facial, en mi caso las
cejas y el labio superior. Tengo la piel extremadamente sensible, hacerme las
cejas y quitar los 4 pelillos que me salen alrededor de los labios es una
tortura china para mí, me dejan la piel K. O. y además… ¡me duele horrores! Con
este producto noto un alivio instantáneo y además prácticamente me quita el
enrojecimiento.
Otro uso que le doy
mucho es el de secar granitos. No suelo tener graves problemas de acné, pero
cuando me sale un grano, sale con saña en plan cuerno de unicornio. Así que la
única opción que me queda es intentar que se seque y sane lo antes posible. Aplico
varias veces sobre él el hidragel y la hinchazón y el enrojecimiento van
disminuyendo. Y además ayuda a que no deje marca.
¿Repetiría? Por supuesto. Es un básico que repongo siempre.
Suelo encontrarlo en Perfumerías If
y tiene un precio aproximado de 20 €.
Este gel de Yves – Rocher fue un producto que creo
que terminé en 2015 y se había quedado colgado al fondo de mi bolsa de Diógenes
potinguil.
Aunque pone que es
para cuerpo y cabello, lo probé una vez como champú y no me gustó nada ya que
me resecó muchísimo la fibra capilar. Como gel sí que dio la talla, además recuerdo
que tenía un olor riquísimo a Monoï.
Me lo regaló mi
hermana, así que ignoro su precio, perdonadme.
¿Repetiría? Sí, no sé si fue una edición limitada o si lo
suelen tener de normal, pero si lo encuentro no me importaría traérmelo a casa.
La limpiadora Ultra Facial Cleanser de Kiehl’s ya me habéis leído reseñarla
alguna vez por estos lares e incluso tiene aquí su propia entrada. Es de mis
limpiadoras favoritas ya que deja la piel perfecta, limpia y calmada, con cero
sensación de tirantez, muy cómoda. Si no recuerdo mal he gastado como cinco
frascos de esta limpiadora y no todos los he guardado para las entradas de
terminados para no ser repetitiva.
Tiene un precio de
unos 18 € y la podéis encontrar en las tiendas y corners de Kiehl’s y también en su página web.
¿Repetiría? ¡Por supuesto que sí! Hace tiempo que no la
repongo, bastante tiempo de hecho. Pero simplemente porque ya sabéis lo
inquieta que soy en lo que a probar cosas nuevas se refiere y tengo una lista
bastante curiosa de limpiadoras que quiero probar (entre otras cosas). Pero por
supuesto no descarto repetir con ésta en un futuro no muy lejano. ¡Me chifla!
La mascarilla de oliva de Kiehl’s es uno de mis amores más
arraigados para el cuidado capilar. Os hablé de sus bondades aquí y ahí os dejé
claro que la amo sobre todas las cosas y en lo más profundo de mi alma.
Deja el pelo suave,
sedoso, desenredado y con cero encrespamiento. Es una mascarilla súper
nutritiva, con un aroma a chucherías totalmente adictivo y una textura densa y
untuosa que se nota que nutre el cabello. No contiene ni una silicona, pero
quién lo diría, deja el pelo mucho mejor que otras que sí las llevan.
Su inconveniente es
el precio, unos 34 € el bote de 250 mL. También la podéis encontrar en las
boutiques de Kiehl’s y corners de El Corte Inglés, así como en su página web.
¿Repetiría? Sin ninguna duda, me encanta esta mascarilla,
probablemente me haga con ella en el próximo Friends and Family que celebre la marca.
Aparte del Potion 9 de Sebastian tengo dos desamores más en esta entrada, y uno de ellos
es este bálsamo labial de Kiehl’s
que tan buenas críticas tiene cosechadas a sus espaldas.
Soy una fanática de
los bálsamos labiales, principalmente porque a la que me descuido los tengo
hechos un asco. Así que este bálsamo no podía dejar de probarlo.
No es un mal
bálsamo en sí, pero es de los que protegen y no reparan. Y mis labios necesitan
agentes reparadores o inevitablemente se abren por mil sitios y enseguida me salen
las odiadas pielecillas.
Además, por otro
lado, mis labios se acostumbraron a él y tuve que dejar de usarlo una temporada
porque no me hacía absolutamente nada… Una buena decepción.
Cuesta unos 8 €.
¿Repetiría? Jamás de los jamases.
Para terminar una
protección solar facial que terminé en el 2015 y que odié en lo más profundo de
mi corazón: Photoderm Max 50+ de Bioderma.
Se supone que es un
bálsamo fluido que aporta una protección de factor 50 a la piel, pero eso de
fluido me van a permitir las señoras y señores de Bioderma que lo ponga en tela de juicio. Eso es una crema densa que
la piel no absorbe ya te pongas delante de un ventilador a máxima potencia. Odié
profundamente la sensación pegajosa que se me quedaba en la cara tras su
aplicación, amén de la película blanquecina que me daba aspecto de una Geisha
mal maquillada. Un desastre. Proteger, protegía sí, pero menuda plasta en la
cara más insoportable.
La gasté en los
días de playa y piscina, porque era imposible ponerse eso en la cara y luego
maquillarse, el maquillaje quedaba hecho un desastre y literalmente se me iba
derritiendo todo lo que ponía encima.
Me vais a perdonar,
pero no recuerdo el precio (ni quiero, jejeje).
¿Repetiría?
Ni loca.
Y hasta aquí mi
nueva entrega de terminados, espero pronto traeros otra.
¿Coincidimos en
algun@ chic@s?
Gracias, como
siempre, por estar al otro lado de vuestras pantallas leyéndome y animándome.
Auxi
El gel de Monoi lo encuentras sin problemas en YR, es cierto que huele genial pero su INCI es malucho. Si te gusta el olor te recomiendo de la misma línea el aceite de monoi que es estupendo y te deja oliendo a gloria...aunque es cierto que a mi me pega más para verano.
ResponderEliminarUn beso, ciao!
Muchas gracias por la recomendación, la próxima vez que me pase por YR le echo un ojo. Un beso!
EliminarNo puedo decir mucho, que rabia lo del spf, yo tuvo uno pero creo que no era exactamente ese y lo notaba bastante fluido. Lo que está claro es que a veces se lucen con las texturas.
ResponderEliminar¡Un besote!
Fue toda una pesadilla terminar ese solar, menuda plasta jajajaj. Un beso enorme!
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