¡Buenos
días!
Hay
productos de todo, como podéis ver, pero especialmente cuidado capilar y
corporal.
¿Empezamos?
Mi
primer producto en subir a la palestra es el único producto de maquillaje de toda
la selección que he sacado de la bolsa. Se trata de la Sheer Glow de NARS, de
la cual podéis leer una reseña completa aquí. Con esta base he tenido (y tengo)
una relación bastante tormentosa. Siempre me ha encantado, pero llegó un
momento que mi piel, no sé si por circunstancias ambientales, hormonales o,
simplemente, por puro estrés, cambió y se tornó más seca por algunas zonas.
Debido a esto, Sheer Glow dejó de
funcionarme tan bien como solía hacerlo, y me tuve que esmerar en hidratar a
conciencia la piel antes de maquillarme o, de lo contrario, el resultado era
desastroso: parcheada, con zonas donde resaltaba las partes más secas… un
horror.
Tengo
ahora mismo otra en uso y, la verdad, me está costando mucho gastarla por este
motivo. Una lástima, porque siempre he defendido que deja una piel preciosa,
que el tono me va clavadísimo, que no se oxida, que es comodísima de llevar y
que tiene una duración excelente. Pero… la vida es puro movimiento.
¿Repetiré?
Probablemente no. Hay otras bases que ahora mismo me funcionan mejor, tal y
como está mi piel actualmente.
El
agua micelar de Avène, llegó a mi
vida de pura casualidad. Mi marido sabe que éste es un producto que sólo me
falta bebérmelo para que se trate de totalmente imprescindible, y encontró una
promoción en la farmacia en la que este bote de medio litro costaba unos 8€. Y
me lo trajo así sin más. Debo decir que, como agua micelar, está bastante bien:
retira la suciedad, no deja sensación pegajosa y, además, no irrita en
absoluto. Para mi gusto falla en que no sirve como desmaquillante, no es lo
suficientemente “fuerte” como para arrancar el maquillaje de la piel de forma
100% efectiva. Por otro lado, otras aguas micelares me dejan la piel con más
sensación de “frescor”. Y ya, rizando el rizo, el olor no es que me entusiasme
demasiado.
¿Repetiré?
Pues tengo otro bote por estrenar que me regaló mi madre (que se ve que también
la encontró de promoción, jajajajajaja), pero cuando la gaste, no creo que de
por mí la compre. Hay otras que me funcionan mejor y me gustan mucho más.
Mascarilla en crema
hidratante para ojos y rostro de Caudalie.
Con Caudalie tengo una seria
relación de amor – odio. Sus productos o los amo o los detesto, y éste, aunque
ha sido claramente amor del bueno, se me ha hecho pesado de terminar. Usé esta
mascarilla solamente para el contorno de ojos y para los párpados, pues para el
rostro, en esos momentos, me parecía muy “demasié”. Debo admitir que para este
cometido me iba estupendamente, pero la cantidad a aplicar es mínima y un bote
como éste de 50 mL se me ha hecho eterno. Queda muy poca cantidad que ya no
puedo utilizar pues la textura cambió y no me dio buena impresión para usarla
en una zona tan delicadísima (sobre todo en mi caso) como es el contorno de los
ojos.
¿Repetiré?
No, pese a que me ha encantado, me ha resultado muy pesado terminarla.
La
hidratante Sensibio Tolerance + de
Bioderma pensaba que ya la había sacado en algún post de terminados pero
resulta que no. Y eso que hará como mil años que la terminé. Se trata de una
hidratante especialmente indicada para pieles sensibles y/o con rojeces (justo
como la mía, vaya), reactivas y con alergias. Es muy, muy hidratante, por lo
que la utilizaba como crema nocturna en los meses más fríos y realmente me
aliviaba y calmaba muchísimo la piel. Dejaba una sensación de comodidad y
suavidad muy agradables. Además, su textura es fluida y con el dispensador
controlaba la cantidad que gastaba a la perfección. Su precio es muy asequible,
unos 15 €.
¿Repetiré?
Tengo otras por gastar, pero no la descarto, especialmente para invierno.
De
la hidratante corporal Nivea Soft
habré gastado como dos docenas de tarros a lo largo de mi vida pero,
curiosamente, nunca ha sido un producto que me haya dado por guardar para sacar
en los C’est fini. No sé, lo veía
algo tan básico que no se me ocurrió. Así que os la enseño hoy. Es una de las
hidratantes corporales que con más frecuencia ronda por mi cuarto de baño. Se
absorbe relativamente rápido, hidrata a la perfección y tiene un aroma a nívea
de toda la vida súper agradable. No es mi favorita (que es la Crème de Corps de Kiehl’s), pero cumple
su función con nota y, encima, es económica. El frasco ronda los 5 € o menos y
yo, personalmente, cuando la encuentro a 3x2 en Carrefour (apunte marujil)
cargo con reservas.
¿Repetiré?
Suelo repetir con frecuencia (:
La
mascarilla Liso – Keratina de TRESemmé
ha sido un producto que ni fu ni fa, sino todo lo contrario. Ha pasado sin pena
ni gloria por mi cuarto de baño y ya os adelanto que no ha sido para quedarse.
No he notado un cambio destacable en mi pelo. Como mascarilla en sí ayuda a
desenredar el cabello y aporta suavidad en el lavado. Hasta ahí bien, pero
luego… ¿liso? Ni siquiera me facilitaba la faena de pasar la plancha después,
me costaba el mismo trabajo que si no hubiera utilizado una mascarilla
“alisadora”. Y luego el tema de la suavidad… a las 24 horas de haberme lavado
el pelo, este efecto se esfumaba y se me enredaban las puntas cosa mala. Su
precio no está mal, unos 5 €, pero, la verdad, no me merece la pena.
¿Repetiré?
Rotundamente, no.
Champú en seco Batiste Floral and Fruity Blush. En una entrada de Al País de
Nunca Jamás (creo) comenté que no me había ido nada, pero que nada bien el champú en seco de Batiste XXL Volume.
Más que no irme bien los resultados habían sido de pesadillas: la única vez que
lo utilicé me enredó el pelo desde la raíz y os juro que hasta lloré del
desastre: tardé muchísimo tiempo en conseguir desenredarme la melena y hasta me
asusté pensando que con semejante chapuza me iba a tener que rapar.
Afortunadamente, quedó en un buen susto y a las pocas horas me lavé el pelo y
volvió todo a la normalidad. Esta horrible experiencia no me quitaron las ganas
de probar otros champús en seco, pero sí que los he mirado con mucha
desconfianza desde entonces.
En
el caso de Fruity and Floral, la
experiencia ha sido todo lo contrario: ¡me ha encantado! Deja una sensación muy
agradable en el cuero cabelludo y realmente te salva del apuro si no has tenido
tiempo de lavarte el pelo y quieres estar decente. Ahora mismo estoy con otro
de la misma marca que ya os enseñaré y me gusta más, pero éste me ha gustado
muchísimo.
¿Repetiré?
Probablemente sí.
La
Espuma Zensation (de leche de arroz
y flor de cerezo) es, quizás, mi favorita de todas las espumas de Rituals. El olor es una auténtica
gozada para los sentidos, ¡me chifla! Deja la piel suave, con cero sensación de
tirantez. Y, aunque estas espumas no son baratas (8 €) sí que cunden muchísimo.
¿Repetiré?
Sin ninguna duda.
El
contorno de ojos Extra Eye Repair Cream
de Bobbi Brown ya lo he mencionado alguna vez por aquí: es mi favoritísimo
de todos los que he probado en mi vida. Os dejo aquí el enlace directo a su
review donde os cuento todo con mucho más detalle. Deja la zona hidratadísima,
muy cómoda, como ningún otro. El aroma es suave pero muy relajante, la textura
es fundente y fácil de trabajar. En definitiva, me encanta.
¿Repetiré?
No, con dolor de mi corazón. A no ser que mi economía mejore, su precio tan
elevadísimo hace que busque opciones similares pero más económicas. Este
tarrito cuesta la friolera de 70 €, por lo que tras gastar los dos únicos botes
que he usado en mi vida… adiós con el corazón (roto).
Con
el acondicionador TRESemmé Liso –
Keratina he tenido la misma experiencia que con la mascarilla, por lo que
no me voy a extender gran cosa. Afortunadamente en éste no invertí un céntimo,
me lo dio mi hermana porque a ella le cargaba demasiado el pelo. Y a mí se me
ha quedado cortísimo. En serio, menos mal que no lo compré yo. Se me hizo ETERNO el enorme bote, pero, finalmente, lo he gastado como una campeona.
¿Repetiré?
Ni loca, noooooooo.
La
manteca corporal de flor de loto y lichi
la compré en Perfumerías If en
promoción a 2 €. Por el precio que tenía, no estaba nada mal: el aroma es muy
rico y se extiende bien. Pero tarda en absorberse los siglos de los siglos y
yo, como mami que se precie, no me puedo permitir estar media hora esperando a
que se absorba la hidratante.
¿Repetiré?
No, tengo otras opciones de hidratación corporal mucho más efectivas y cómodas
para mí.
El
exfoliante corporal de pomelo
también lo compré en Perfumerías If
y, si no recuerdo mal, me costó sólo 1,50 €. Tampoco me desagradó su uso y por
el precio que tenía no le iba a pedir peras al olmo. Como exfoliante es
flojito, hace una exfoliación bien suave. Eso sí: huele de vicio.
¿Repetiré?
Si lo vuelvo a encontrar a ese precio probablemente sí.
Y
hasta aquí por hoy, pero os advierto que a mi bolsa de Diógenes potinguil aún
que le quedan 2/3, jajajaja.
Besos
miles y nos leemos en la próxima entrada.
Auxi
¡Hola!
ResponderEliminarYo también soy muy fan de la Nivea Soft. Por más hidratantes corporales que tenga, nunca me falta un bote por casa. También me gusta mucho el champú seco. Con mi pelo graso me saca muy a menudo de más de un apuro.
Un beso
Sí que sacan de más de un apuro! Y eso que mi pelo es más bien seco, pero cuando hace mucha humedad se me pone hecho un asco. Y la Nivea es totalmente un básico, sí.
EliminarUn beso!
Creo que tengo esa mascarilla de Caudalie por casa y si es así la tengo que probar en toda la cara, que con la llegada de golpe del frío mi piel grasa está poniéndose muy rara en algunas zonas.
ResponderEliminar¡Un besote!
Es que el frío de este año es horroroso. No había tenido la piel tan resentida del frío desde hace mucho. Me tengo que aplicar con las mascarillas, jeje.
EliminarUn besote!